Primero cambió de sede después de dieciocho años en el pabellón Dorothy Chandler. La elegida fue el gran auditorio Shrine, con capacidad para más de 6.000 personas. Además, el nuevo local tenía un escenario mucho más grande, ideal para organizar números musicales más espectaculares. Y tenía la ventaja que estaba mucho más cerca de la cena ofrecida después de la ceremonia en el clásico baile del Gobernador, con lo que, según Wise, «eso evitará el colapso que se producía cuando todos los invitados esperaban sus coches para ir a la cena».

La Academia planeó traer como estrellas especiales a actores participantes de las 59 películas premiadas hasta el momento, aunque no pudieron conseguir que la diva Greta Garbo –que seguía viviendo en plan “Morlock” y no había acudido nunca a una celebración de los Oscar– representase a Gran Hotel (1932).

Olivia De Havilland era otro mito viviente que aceptó ser el rostro de Lo que el viento se llevó (1939). Joan Fontaine también estuvo por Rebeca (1940), aunque sin saber que Olivia estaría presente. La enemistad entre ellas se había endurecido con los años, hasta tal punto que Fontaine hizo que la trasladasen de planta en el hotel Beverly Hills cuando se enteró que su hermana estaba en una habitación cercana a la suya.

Uno de los principales problemas para que todo saliese bien esa noche fue la huelga de guionistas iniciada cinco semanas antes de la fecha del Oscar. A pesar de que sólo estaba escrita la mitad del espectáculo, el productor del show (Samuel Goldwyn, Jr.) explicó que «nosotros los acabaremos, añadiendo algunas improvisaciones; eso puede ser bueno, a la gente no parece gustarle los diálogos tan preparados». Para eliminar la cuestión del guión, contrató a un puñado de cómicos que podían ser creativos en sus presentaciones, entre ellos Robin Williams, Billy Crystal, Eddie Murphy, John Candy y Pee-wee Herman.

Por primera vez en el Oscar, ninguno de los directores candidatos había nacido en Estados Unidos, lo que venía a abrir un importante boquete en la creatividad americana:

 

          Lasse Hallstrom (Suecia). Mi vida como un perro no sólo era la película favorita de Jack Nicholson, sino un original drama sobre la triste realidad de un niño y sus intentos por escapar de la misma. Cuando la película sueca se estrenó en Los Ángeles entusiasmó a los miembros de la Academia, que la votaron en dos candidaturas (guión y dirección).

          John Boorman (Gran Bretaña). Esperanza y gloria era una tragicomedia que contaba las peripecias vividas por su director durante la Segunda Guerra Mundial, incluyendo el episodio donde su madre se enamoraba del mejor amigo de su padre. Boorman estuvo mendigando financiación de diecinueve países para poder llevar a cabo su personal película, pero necesitaba el espaldarazo definitivo de los nueve millones y medio que le proporcionó su compatriota David Puttnam, ahora jefe de Columbia. La película, premiada en el Festival de Nueva York y publicitada de cara al Oscar se vio perjudicada por los conflictos internos en la Columbia, que culminaron cuando Coca-Cola –propietaria de dichos Estudios– expulsó a Puttnam de su cargo. Tuvo que conformarse con cinco nominaciones.

          Bernardo Bertolucci (Italia). El último emperador era una espectacular biografía del chino Pu Yi, que fue nombrado continuador de la dinastía Manchu con trece años, en 1908, y vivió los avatares de la revolución comunista hasta acabar como jardinero en el Pekín de 1960. El productor británico Jeremy Thomas convenció a las autoridades de la República popular China para que el equipo pudiese rodar en la mítica Ciudad Prohibida, a cambio de los derechos de distribución del film en el país. Bertolucci concibió la fascinante historia «como la metamorfosis de un dragón convertido en mariposa». Seis meses de arduo rodaje, 19.000 extras y 9.000 trajes empleados fue suficiente para que su obra maestra consiguiese nueve nominaciones. De su distribución americana se encargó David Puttnam, pero su nombre desapareció de los créditos en el estreno del film cuando le echaron de la Columbia.

          Adrian Lyne y Norman Jewison (canadienses). El primero con el taquillero thriller Atracción fatal, con un final que tuvo que modificarse y la complicación de elegir a la correcta protagonista femenina en un papel que rechazaron Isabelle Adjani y Debra Winger antes de recaer en Glenn Close, que inmortalizó a la amante psicópata; Jewison convirtió las calles de Toronto en la ciudad de Nueva York con la comedia romántica Hechizo de luna, mostrando a una dulce y bellísima Cher (que ese año logró otros dos éxitos en taquilla: Las brujas de Eastwick y Sospechoso). Alcanzaron seis y cinco nominaciones, respectivamente.

 

 

 

La ceremonia

Dos gigantescas figuras representando al Oscar flanqueaban la nueva imagen de la sede recién estrenada.

Una de las primeras en aparecer fue Sally Kirkland, nominada por Anna, y que había protagonizado una de las campañas publicitarias más largas y trabajadas de los últimos años: «¡Éste es el día más feliz de mi vida. Me siento como una verdadera estrella de cine!».

La mayoría de los invitados llegó algo precipitado al evento ya que el tráfico de la ciudad estaba imposible. Eso le ocurrió a Glenn Close, embarazada de nueve meses.

Según explicaba la periodista Army Archerd: «El show comenzó a las seis de la tarde, pero media hora después la gente todavía estaba llegando, luchando por llegar a su asiento».

El caso más significativo fue el de Cher, que se mostró en todo su esplendor aunque con bastante retraso. La estrella fue recibida por un numeroso grupo de admiradores que llevaban unas máscaras con su rostro. Cuando Cher y su séquito entraron en el auditorio, con el show ya empezado, encontraron sus butacas ocupadas por los seat-fillers u ocupantes de asientos, llamándose así los extras contratados para rellenar el sitio de los famosos cuando éstos no estuviesen presentes, con motivo de que las cámaras de televisión no descubran huecos vacíos.

El sesenta cumpleaños del tío “Oscar” comenzó a celebrarse con un fastuoso número producido por Michael Kidd sobre la canción inicial de A Chorus Line, culminada admirablemente cuando dos figuras del Oscar que estaba sobre el escenario cobraron vida y comenzaron a bailar.

La voz en off de Hank Sims anunció la presencia «del presidente de la Academia, Robert Wise», pero la televisión cortó inesperadamente a un anuncio de Coca-Cola interpretado por Demi Moore (uno de sus mejores trabajos). Tras el error, se volvió a anunciar a Wise, que hizo su discurso de apertura.

El primer montaje de imágenes de la noche era para rememorar los ochenta años de efectos especiales en el cine. Cuando terminó, la orquesta dirigida por Bill Conti, interpretó el conocido “James Bond Theme”, y una figura emergió de entre las luces siendo anunciado como: «Su nombre es Connery, Sean Connery». Fue la primera gran ovación por parte del público. El escocés entregó el premio de los efectos visuales a El chip prodigioso.

Connery tuvo ocasión de volver a escuchar los aplausos del público cuando se llevó el premio como mejor secundario por su policía de Los intocables de Eliot Ness. Connery comenzó su discurso con un sarcástico: «Señoras, caballeros, amigos y algunos enemigos, ése es el sesenta aniversario de la Academia, y el otro día descubrí que sólo he asistido a una ceremonia, hace treinta años. Verdaderamente, la paciencia es una gran virtud. Si hay algo que me gustaría acompañase a este premio, sería el final de la huelga de guionistas».

El realizador de la ceremonia, Marty Pasetta, tenía preparadas algunas sorpresas en cuanto a los efectos especiales se refiere, y fue mostrándolas a lo largo de la noche: encogió a un puñado de personas, colocó a Minnie Mouse como si estuviese sentada entre el público y metió a Pee-wee Herman en mitad de una pelea entre un malvado monstruo y el héroe de moda, Robocop.

La familia Dukakis se quedó en su casa de New Jersey contemplando nerviosa la ceremonia, donde estaba presente la nominada Olympia. Cuando la actriz ganó como mejor secundaria por Hechizo de luna, anunció a la prensa que guardaría el “hombrecillo dorado” en la cocina.

Por la misma película resultó vencedora Cher. A pesar de que Coca Cola, una de las patrocinadoras de la gala, había expuesto su preocupación que su vestimenta no fuese adecuada para la ocasión (teniendo en cuenta sus extravagantes antecedentes), la actriz fue fiel a su estilo de provocación y bajo una capa de terciopelo mostró una llamativa blusa transparente diseñada por Bob Mackie. Cher recibió la mayor ovación del auditorio e hizo un emocionado discurso: «Cuando era pequeña, mi madre siempre me decía que quería que yo fuese alguien. Y siento que debo agradecerle especialmente a Mary Louis Streep (Meryl Streep), con la cual trabajé en Silkwood, y ahora estamos las dos nominadas». También le dio las gracias al equipo técnico del film: maquillador, peluquero... pero se olvidó del director y guionista, por lo que dos días después envió una nota de disculpa a la revista “Variety”.

Kirk Douglas estaba demasiado nervioso para asistir en directo a la ceremonia y esperaba, desde su hogar ver el triunfo de su hijo Michael, nominado al mejor actor por su ambicioso ejecutivo en Wall Street. Michael Douglas ganó su segundo Oscar después de hacerlo en 1975 como productor de Alguien voló sobre el nido del cuco. Michael lo dedicó: «A mi padre, por su continuo apoyo por ayudarme a salir de su sombra. Te estaré eternamente agradecido, papá».

Jack Lemmon entregó el premio “Thalberg” a su amigo, productor y director favorito, Billy Wilder. Todo el auditorio se puso de pie cuando apareció sobre el escenario el genial director vienés, retirado del mundo del cine desde 1981. Wilder besó a Lemmon en la mejilla y dio un discurso de cinco minutos: «Gracias a la Academia y a los millones de admiradores que mi cine tiene en el mundo, en el mundo civilizado. Me gustaría agradecer a un caballero, de quien no recuerdo su nombre, pero que sin él yo no podría estar aquí esta noche». Se refería al cónsul americano de la ciudad de Mexicali (México), que en 1934 le dio el visado para que pudiese entrar a los Estados Unidos, cuando huía de los nazis. Wilder concluyó con un mensaje para su fiel colaborador durante los años sesenta y setenta, I. A. L. Diamond, que fallecería de cáncer diez días después.

A Wilder se le achacó no haber hablado de las productoras Columbia y Paramount, con las cuales había trabajado a lo largo de su carrera: «En Paramount hacían cincuenta películas al año, ahora hacen cinco. Las productoras actuales están siempre vigilándote; en los viejos tiempos teníamos a los grandes jefes, por lo menos sabíamos a quiénes teníamos que adular».

Y El último emperador arrasando con nueve de nueve, entre ellos:

 

          Dirección artística, presentado por Olivia De Havilland. Lo ganaron dos decoradores y cuando subieron al escenario, uno le dio la mano a la actriz y el otro la besó cariñosamente en la mejilla.

          Fotografía, donde Vittorio Storaro explicó su relación «de veinte años con Bertolucci, un largo, complejo, un duro viaje...».

          Y mejor director y guionista, Bernardo Bertolucci: «Como italiano y europeo, la Academia de Hollywood me parecía una ceremonia distante, algo fascinante y remoto. Cuando la película fue nominada comencé a aprender las reglas del juego». El director confesó que guardaría un Oscar en su casa de Roma y otro en la de su esposa en Londres.

 

 

Sonrisas y lágrimas

El espectáculo y las estrellas de este sesenta aniversario hizo que la ceremonia consiguiese la mejor audiencia en cuatro años, a pesar de sus tres horas y trece minutos de duración.

A la salida del auditorio, Cher comprobó cómo sus fans seguían esperándola y se paró para firmarles autógrafos. La actriz también fue la estrella en el baile del Gobernador, en una cena consistente en salmón fresco, cordero, pollo de California y de postre 12.000 flores comestibles.

La que peor lo pasó fue Joan Fontaine: «Al terminar la cena después del Oscar, estuve esperando mi coche durante una hora en mitad de la noche, pero como nadie venía a buscarme tuvieron que llevarme al hotel dos señoras que no me conocían de nada. Ésta será mi última presencia en los Oscar».

A pesar del éxito de El último emperador, resultó extraño que no tuviera ninguna nominación en su reparto, cuando Joan Chen y Peter O’Toole podrían haber entrado sin dificultad como mejores secundarios.

Aunque en cuestión de actores, el mejor del año era Jack Nicholson por sus tres extraordinarias intervenciones: un vagabundo con sentimiento en Tallo de hierro, el histriónico diablo de Las brujas de Eastwick, y su escasa pero jugosa aparición como presentador de Al filo de la noticia. Por estas interpretaciones, Nicholson recibió los premios de la crítica de Nueva York y Los Ángeles.

De nuevo Morricone volvió a quedarse sin recompensa por Los intocables de Eliot Ness, cuando era otro magistral trabajo del compositor italiano.

Película

El último emperador (The Last Emperor)

(Hemdale/Columbia) productor: Jeremy Thomas

Al filo de la noticia (Broadcast News)

(20th Century Fox) productor: James L. Brooks

Atracción fatal (Fatal Attraction)

(Jaffe-Lassing/Columbia) productor: Stanley R. Jaffe y Sherry Lansing

Esperanza y gloria (Hope and Glory)

(Davros Production Services Ltd./Columbia) productor: John Boorman

Hechizo de luna (Moonstruck)

(Palmer & Jewison/MGM) productor: Patrick Palmer y Norman Jewison

 

Actor

Michael Douglas por Wall Street

William Hurt por Al filo de la noticia

Marcello Mastroianni por Ojos negros (Oci ciornie)

Jack Nicholson por Tallo de hierro (Ironweed)

Robin Williams por Buenos días, Vietnam (Good Morning, Vietnam)

 

Actriz

Cher por Hechizo de luna

Glenn Close por Atracción fatal

Holly Hunter por Al filo de la noticia

Sally Kirkland por Anna

Meryl Streep por Tallo de hierro

 

Actor secundario

Sean Connery por Los intocables de Eliot Ness (The Untouchables)

Albert Brooks por Al filo de la noticia

Morgan Freeman por El reportero de la calle 42 (Street Smart)

Vincent Gardenia por Hechizo de luna

Denzel Washington por Grita libertad (Cry Freedom)

 

Actriz secundaria

Olympia Dukakis por Hechizo de luna

Norma Aleandro por Gaby, una historia verdadera (Gaby-A True Story)

Anne Archer por Atracción fatal

Anne Ramsey por Tira a mamá del tren (Throw Momma from the Train)

Ann Sothern por Las ballenas de agosto (The Whales of August)

 

Director

Bernardo Bertolucci por El último emperador

John Boorman por Esperanza y gloria

Lasse Hallstrom por Mi vida como un perro (Mit liv som hund)

Norman Jewison por Hechizo de luna

Adrian Lyne por Atracción fatal

 

Guión original

John Patrick Shanley por Hechizo de luna

Woody Allen por Días de radio (Radio Days)

John Boorman por Esperanza y gloria

James L. Brooks por Al filo de la noticia

Louis Malle por Adiós, muchachos (Au revoir, Les enfants)

 

Guión adaptado

Bernardo Bertolucci y Mark People por El último emperador

James Dearden por Atracción fatal

Lasse Hallstrom, Reidar Jonsson, Brasse Brannstrom y Per Berglund por Mi vida como un perro

Tony Huston por Dublineses (The Dead)

Stanley Kubrick, Michael Herr y Gustav Hasford por La chaqueta metálica (Full Metal Jacket)

 

Fotografía

Vittorio Storaro por El último emperador

Michael Ballhaus por Al filo de la noticia

Allen Daviau por El imperio del sol (Empire of the Sun)

Philippe Rousselot por Esperanza y gloria

Haskell Wexler por Matewan

 

Dirección artística

Ferdinando Scarfiotti y Bruno Cesari por El último emperador

Santo Loquasto, Carol Joffe, Les Bloom y George De Titta Jr. por Días de radio

Anthony Pratt y Joan Woollard por Esperanza y gloria

Norman Reynolds y Harry Cordwell por El imperio del sol

Patricia Von Brandenstein y Hal Gausman por Los intocables de Eliot Ness

 

Sonido

Robert Knudson, Don Digirolamo, John Boyde y Tony Dawe por El imperio del sol

Wayne Artman, Tom Beckert, Tom Dahl y Art Rochester por Las brujas de Eastwick (The Witches of Eastwick)

Les Fresholtz, Dick Alexander, Vern Poore y Bill Nelson por Arma letal (Lethal Weapon)

Michael J. Kohut, Carlos DeLarios, Aaron Rochin y Robert Wald por Robocop

Bill Rowe e Ivan Sharrock por El último emperador

 

Canción original

“(I’ve Had) The Time of My Life”, de Dirty Dancing. Música: Franke Previte, John DeNicola y Donald Markowitz. Letra: Franke Previte

“Cry Freedom”, de Grita libertad. Música y letra: George Fenton y Jonas Gwangwa

“Nothing’s Gonna Stop Us Now”, de Maniquí (Mannequin). Música y letra: Albert Hammond y Diane Warren

“Shakedown”, de Superdetective en Hollywood II (Beverly Hills II). Música: Harold Faltermeyer y Keith Forsey. Letra: Harold Faltermeyer, Keith Forsey y Bob Seger

“Storybook Love”, de La princesa prometida (The Princess Bride). Música y letra: Willy DeVille

 

Banda sonora original

Ryuichi Sakamoto, David Byrne y Cong Su por El último emperador

George Fenton y Jonas Swangwa por Grita libertad

Ennio Morricone por Los intocables de Eliot Ness

John Williams por Las brujas de Eastwick

John Williams por El imperio del sol

 

Película extranjera

El festín de Babette (Babette gaestebud), de Gabriel Axel (Dinamarca)

Adiós, muchachos, de Louis Malle (Francia)

Asignatura aprobada, de José Luis Garci (España)

La familia (La famiglia), de Ettore Scola (Italia)

Pathfinder, de Nils Gaup (Noruega)

 

Montaje

Gabriella Cristiani por El último emperador

Michael Kahn por Atracción fatal

Michael Kahn por El imperio del sol

Richard Marks por Al filo de la noticia

Frank J. Urioste por Robocop

 

Vestuario

James Acheson por El último emperador

Jenny Beaven y John Bright por Maurice

Dorothy Jeakins por Dublineses

Rob Ringwood por El imperio del sol

Marilyn Vance-Straker por Los intocables de Eliot Ness

 

Maquillaje

Rick Baker por Bigfoot y los Henderson (Harry and the Henderson)

Bob Laden por Happy New Year

 

Efectos especiales

Dennis Muren, William George, Harley Jessup y Kenneth Smith por El chip prodigioso (Innerspace)

Joel Hynek, Robert M. Greenberg, Richard Greenberg y Stan Winston por Depredador (Predator)

 

Cortometraje (animación)

Frederick Back por The Man Who Planted Trees

Eunice Macauly por George and Rosemary

Bill Plympton por Your Face

 

Cortometraje (acción real)

Jonathan Sanger y Jana Sue Memel por Ray’s Male Heterosexual Dance Hall

Robert A. Katz por Shoeshine

Ann Wingate por Making Waves

 

Documental (corto)

Sue Marx y Pamela Conn por Young at Heart

Deborah Dickson por Frances Steloff: Memories of a Bookseller

Lynn Mueller por Silver Into Gold

Univ. of Southern California School of Cinema-TV por In the Wee Wee Hours...

Megan Williams por Language Says It All

 

Documental (largo)

Aviva Slesin por The Ten-Year Lunch: The Wit and Legend of the Algonquin Round Table

Callie Crossley y James A. DeVinney por Eyes on

the Prize: America’s Civil Right Years/Bridge to Freedom 1965

Barbara Herbich y Cyril Christo por A Stitch for Time

John Junkerman y John W. Dower por Hellfire: A Journey from Hirohisma

Robert Stone por Radio Bikini

Oscar “Logro especial”

Stephen Flick y John Pospisil, por el mejor montaje de efectos de sonido en Robocop

 

Oscar técnico o científico

Bernard Kuhl y Werner Block y OSRAM GmdH, por su continua investigación en departamentos fotográficos

 

 

Anexo al Oscar de 1987

 

Memorial Irving G. Thalberg

Billy Wilder

 

Premio Gordon E. Sawyer

Fred Hynes